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El pecado de Paola

No es sorpresa que en el mundo existen deportes más populares que otros. Aquellos que son seguidos por más personas generan mayores ingresos económicos, lo cual permite el aumento en su infraestructura y esto, a su vez, beneficia a que más personas lo puedan seguir consumiendo. Es un ciclo en que el deporte beneficiado no tiene la culpa de ser más querido que los otros. No hay culpables.

En el caso de ciertos países, a los deportes no seguidos por las masas aún se les da un apoyo importante. De esta manera el crecimiento de éste se dará con o sin patrocinios en las camisetas, o millones de dólares en transmisiones televisivas. En muchos otros, apenas se da el apoyo gubernamental para que los deportes chicos puedan salir a flote y tengan sus campeonatos a nivel nacional. Estos países poseen dos o tres deportes fuertemente queridos, y muchos otros practicados por atletas sin respaldo, de entre los cuales, a veces uno llega a sobresalir.

Paola Longoria nació el 20 de julio de 1989, en San Luis Potosí. A los ocho años fue a un campamento de verano en que descubrió el amor por los deportes que involucran una raqueta, principalmente, el ráquetbol. ¿El qué?

Raquetbol es un deporte que consiste, en su versión más simple, en dos personas dentro de una cancha confinada en donde cada uno de ellos debe hacer más puntos que el contrincante. El punto se logra cuando la pelota rebota dos veces sin antes haber visto un golpe por parte de alguno de los jugadores. Tiene muchas más reglas, es más complejo y, tiene mucho más de fondo de lo que he descrito, como todo deporte, pero éste no es el punto del texto que escribo.

Paola se volvió aficionada a este deporte, y poco a poco lo empezó a practicar más, hasta que, a los 11 años fue a su primer torneo internacional en Orlando, en el cual ganó medalla de bronce. De ahí todo fue para arriba.

A los 17 años Paola se fue a vivir a Estados Unidos, donde comenzó su trayectoria por el Tour Profesional y en los años 2008, 2009 y 2010 fue nombrada como la mujer en el el lugar #1 del ranking por el Women´s Professional Raquetball Organization. Tras esto, en 2010, fue reconocida con el premio nacional del deporte en México. Sin embargo, en 2011 le fue retirado el honor de ser nombrada la mejor raquetbolista del mundo(en su lugar Rhonda Rajsich fue nombrada), y esto no la hizo feliz. Es por ello que trabajó intensamente e inconformemente, y durante la temporada 2011- 2012 dejó en claro que ella no sólo era una gran deportista, tampoco la mejor del mundo. La mexicana no conoció derrota a lo largo de 152 partidos, lo cual le valió para ganar 37 títulos, entre ellos, tres medallas de oro en lo juegos panamericanos de Guadalajara.

En total Longoria sumó 41 meses seguidos sin perder un partido. 41 Meses.

Y podría seguir así. Hablar, escribir o leer de Longoria puede llegar incluso a ser aburrido, es un acto que consiste en una repetición constante de la palabra “ganó” y sus sinónimos correspondientes: “Levantó el trofeo, se colgó la medalla, etc..” Pero es imposible no hacerlo.

Actualmente Paola cuenta con nueve medallas panamericanas(3 en Guadalajara,3 en Toronto, y 3 en Lima) y tres medallas centroamericanas(Puerto Rico y Colombia). Del 2012 al 2019 se ha mantenido en primer lugar a nivel mundial. Ha ganado tres de los 4 campeonatos mundiales en que ha participado, tiene el récord de más partidos consecutivos sin perder, fue la máxima ganadora mexicana en Juegos Panamericanos.

Los adjetivos para describirla no alcanzan. Paola Longoria es, en opinión personal, la más grande atleta, hombre o mujer, que ha dado el deporte en México, y una de las más destacadas en la historia. A sus 30 años puede estar convencida que sus logro se equipara a la de Ali, Williams, Jordan, Comanecci, etc.. Al igual que ellos, nos tiene acostumbrados al triunfo. Lo anterior ha ocasionado que sus logros sepan menos, pues no conoce otro sabor. Es incapaz de voltear hacia arriba, pues no hay más allá que ella.

Pero hay una cuestión que la separa de los otros, y tiene que ver con su vitrina de trofeos. A diferencia de Ali, Comanecci, Williams y Jordan, Paola Longoria no cuenta con una medalla olímpica. Esto es porque el ráquetbol, por más que su asociación forme parte del comité olímpico internacional, no cuenta con un lugar en los juegos olímpicos.

El ráquetbol es un deporte pequeño en comparación con todos aquellos que se practican en los juegos olímpicos, o con casi cualquier otro deporte para ser sinceros. Es por ello que el nombre de su mejor practicante no resuena tan fuerte en el mundo, así como lo hacen los de otros atletas con una trayectoria menos exitosa que la suya, pero en otro deporte. Paola Longoria es una de las mejores deportistas en la historia, su gran problema, es que decidió serlo en ráquetbol.

La grandeza de Longoria no está opacada por algo o por alguien, éste se encuentra en un rincón del mundo al que pocas personas dirigen la mirada. Su principal pecado. ¿De quién es culpa?

En realidad, de nadie, simplemente el deporte no es tan justo como nos gustaría. A pesar de ello, a Paola no parece importarle y cada que se planta en la duela, nos demuestra que la grandeza no está determinada por el número de camisetas que venda, o la cantidad de veces que aparezca en televisión. La mejor raquetbolista de la historia se dedica a jugar al deporte que ama, y a realizarlo con tanta pasión, que todo lo demás es irrelevante. Es la mejor y no requiere de muchos reflectores para seguir siéndolo. Ella no mide su grandeza, y pensándolo bien, qué bueno que no lo hace, no existe unidad de medida suficiente.

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